Sudeste Asiático, día 8: Santuario de Elefantes.

Sudeste Asiático, día 8: Santuario de Elefantes.

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El haber terminado temprano el día anterior, nos permitió iniciar despejados y descansado uno nuevo. Uno de las tantas razones que me habían traído a Chiang Mai era el convivir con elefantes. Si bien las historias que había escuchado eran tan diversas, opté por tener mi propia experiencia.

Desde el día anterior que acordamos con Khai esta actividad y fuimos claros: no queremos ni maltratar, ni ver que maltraten animales en ningún aspecto. Y eso incluía montarlos. El acuerdo incluía, principalmente, alimentarlos, bañarlos y actividades no ofensivas. Nuestro tour en Santuario de Elefantes estaba programado y listo en Elephant Jungle Paradise Park.

Trayecto al Santuario de Elefantes

Con esa convicción solo esperábamos la hora de partir a las 7:45 am, horario indicado en el contrato. Dado que el hostal nos prometió desayuno por la compra de un tour a través de su agencia, no dejamos pasar la oportunidad. Puntuales con ese compromiso y fieles a nuestra ideología: ahorro.

El retraso no fué mayor, 15 minutos a lo mucho; cuando vimos a alguien entrar al bonito hostal en la última mordida a nuestro sándwich, en un castellano impronunciable entendimos Alcaraz y de un brinco estábamos al lado de nuestro nuevo amigo. Nos sonrió y gritamos “Vámonos!”. Quizá no nos entendió.

En la camioneta ya esperaban por nosotros otros compañeros de viaje: suecos, noruegos, un estadounidense y un chileno radicado en San Francisco con quien hubo empatía instantánea. O eso creo. Al salir por primera vez de la muralla nos dimos cuenta que Chiang Mai es una ciudad grande, aunque lo turístico se encuentra encapsulado en el casco histórico.

Después de unos 25 minutos hacia el suroeste, la camioneta se detuvo en un mercado donde, el chofer de la camioneta compró algunas cajas llenas de fruta. No sabíamos si era para nosotros durante el tour o para alguien más, cuestión que descubrimos más tarde. También aprovechamos para comprar bebidas en un, ¿Que más?,  7eleven, pues nos esperaba un trayecto de, al menos, otra hora más hasta el Santuario de Elefantes.

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Indicaciones para el trato con elefantes

Entre carretera y, sobre todo, terracería, llegamos a la primera parada de nuestro destino, eran casi las 10 am. Una pequeña cabaña dónde Machete nos dió la bienvenida. Se trata de un personaje muy divertido que se encarga, a partir de ahí, de llevar gran parte del recorrido y actividades. Y aunque el parecido con Danny Trejo es inexistente, su parte histriónica y aventurera hollywoodense si lo acerca mucho. En el primer acercamiento entendimos las actividades que haríamos el resto del día, cómo hacerlas y nos dieron una especie de camisas color guinda (o rosadas) que debíamos utilizar.

Así pues, llegamos con los actores principales de nuestro día en el Santuario de Elefantes, un pequeño grupo de animales nos dió la bienvenida que, al menos yo, siempre imaginé. Eran únicamente 2 adultos y dos cuidadores. Era lógico que nos estaban esperando, con las cajas llenas de fruta que minutos antes el chofer había comprado en un mercado. Tampoco vimos cadenas ni herramientas de castigo, lo cual nos tranquilizó, pero estaba claro que tampoco era su hábitat natural. Los poco más de 10 visitantes buscamos la manera de acercarnos y ofrecer el alimento que el cuidador nos indicaba.

Al principio no era sencillo, se notaba temor en todos, pero poco a poco nos fuimos liberando e íbamos tomando confianza. Todos buscábamos la manera de tocarlos o, aunque sea, lanzarles la inmensa cantidad de plátanos que teníamos para ellos.

Poco a poco fuimos caminando hacia una pequeña colina donde, además de estos 2 elefantes, encontramos a otra hembra con su pequeña cría de pocos años de edad. La expresión de todos fué de emoción y claro, se convertiría en la estrella. La convivencia fué de poco más de 1 hora entre muchos sentimientos que, sin querer exagerar, sacaron risas y lágrimas en más de uno. Era la primer vez que yo estaba tan cerca a uno de estos animales, y a pesar de tantas críticas, nada raro había pasado aún.

Otras actividades con elefantes durante el tour

Rápidamente nos fuimos hacia un foso artificial para pasar a la siguiente actividad que era el baño con lodo. Aunque suene extraño, fué la actividad que más disfruté al lado de estos animales. Apenas pudimos, todos nos despojamos de la ropa (casi toda) y tuvimos la “enlodada” de nuestras vidas. La verdad es que estos animales parecen estar muy acostumbrados a este tipo de tratos. Yo, lógicamente, no. El lodo volaba por todos lados, mientras que yo tenía el temor de sufrir el pisotón por parte de algún elefante. No fué así y mi pie sobrevivió a todo.

Antes de que los elefantes llegan al río, se nos mostró (y participamos, claro) el proceso de elaboración de un platillo que sirve como medicina natural para los propios elefantes; en base a plantas, frutas y demás, haciendo uso de bambú sobre un tubo más grande, se realiza este manjar para ellos en forma de pelotas que, después del baño en el río les son entregados a los animales y, a decir porque los devoraron, podríamos decir que si les gustó mi sazón. Bañarlos en el rio fué el punto final de la convivencia con estos interesantes animales.

Preparando alimento de elefante @ Chiang Mai, Tailandia. 2018.

Como parte del mismo paquete en el Santuario de Elefantes Elephant Jungle Paradise Park, se nos ofreció una comida tipo bufet con comida típica tailandesa preparada en las mismas cabañas cercanas al río y donde se ajustó el comedor para las poco más de 10 visitantes que estábamos. Con el calor que hacía y un día bastante desgastante físicamente, la piña y sandía sabían deliciosas. Fué un buen momento para platicar de todo y con todos los que estábamos a la mesa. Rápidamente se hizo una plática sobre lo vivido y nuestras experiencias, todos estábamos igualmente emocionados.

Casi a las 5 pm era momento de regresar así que, ya más en confianza entre todos, teníamos la firme intención de convivir con unas cervezas, así que hicimos una parada técnica en el primer 7eleven que encontramos; no existió la suerte, pues no sé si sea la única tienda de todo el país donde no venden alcohol, pero no encontramos. Tuvimos que despedirnos prontamente y que, por otro lado quizá fué la mejor opción, ya que nos esperaba un día bastante largo el del día siguiente.

Puedes estar a favor o en contra de estas actividades en el Santuario de Elefantes o de cualquier otro animal que muchas ocasiones son solo una pantalla para seguir sacando provecho de la naturaleza y seres vivos; ésto hice un día en Tailandia, mi opinión personal la daré en otro post del blog.

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Presupuesto diario
  • Elephant Jungle Paradise Park: $2400 baths
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