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En mi paso por Jordania y apenas llegando a la ciudad de Ammán, el Teatro Romano de Ammán figura siempre en los mapas como uno de los lugares imprescindibles de visitar.
Se encuentra en pleno centro de la capital Jordana, en la parte baja del valle llamado Wadi Amman, visible desde muchos puntos (aunque escondido entre edificios) y sirve como referencia de otros sitios de interés. Si te estás hospedando en la zona céntrica podrás llegar caminando sin ningún inconveniente.
Esta construcción data del siglo II y, como el nombre lo supone, es de origen romano, cuando la ciudad era llamada Filadelfia. Se mantiene en un estado impecable gracias a las restauraciones (algunas muy notorias en la parte alta-este por sus colores) que han sido realizadas a este lugar que puede, aun el día de hoy, albergar hasta 6,000 personas.
Las entradas al complejo se encuentran en ambos costados del escenario principal a nivel de piso, de muy fácil acceso. Muy cerca se encuentran las entradas a los pequeños museos Museo Jordano de Tradiciones Populares y Museo Jordano del Folklor. Para mí mala suerte, el segundo cerrado por remodelación, pero ambos incluidos en el mismo ticket de acceso por 2 JOD.
El acceso hasta la cima, desde donde se tienen las mejores vistas es un tanto peligroso, por lo que no está demás extremar precauciones. Los escalones por donde se logra tienen una inclinación muy pronunciada por lo que suponen caídas fácilmente. Nada de qué preocupar. Es más fácil subir, que bajar; más de un susto si me llevé.
Es visitado tanto por locales como por turistas, en lo personal mi visita la disfruté mucho por conocer a 3 adolescentes que no parlaban absolutamente nada de inglés (ni yo árabe) y, por raro que parezca, me pidieron fotos.
Si bien la visita de día vale mucho la pena, por la noche la iluminación brinda un tono muy diferente tanto a Teatro Romano de Ammán como a la plaza Hashemite, con la cuál forman una atmósfera y escenario muy ameno.
El Museo Jordano de Tradiciones Populares alberga una pequeña colección de vestimentas e instrumentos utilizados durante el esplendor del recinto. Así como vestigios del piso y azulejos originales rescatados durante las restauraciones.
La visita a todo el complejo del Teatro Romano de Ammán no debe llevarte más de 2 horas por lo que se puede combinar con algún otro lugar cercano. Y mejor aún, si lo puedes visitar de día y de noche para tener ambas impresiones.
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