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Oh si! ¿Cómo olvidarlo? Recuerdo que Perú siempre fué, quizá, el país número uno de mi lista a visitar apenas yo siendo un pequeño. Claramente solo me llamaba la atención Machu Picchu, no conocía nada más. Aún no era una de las 7 Maravillas del Mundo.
Una vez que fuí creciendo, fui siendo un poco más realista: si bien viajar no sería fácil, tampoco iba a ser imposible. Una vez que tuve la oportunidad de seleccionar un destino fuera del país para conocer, decidí que iba a ser Perú; tantas imágenes de los lugares, tantos relatos de la gastronomía, tantas historias de las personas, me hicieron inclinarme hacia ese lado del continente americano.
Como suelo hacerlo, tenía el plan de visitar EU para un partido de la NBA(cuestión aparte) y decidí buscar boletos de avión a Perú. Los viajeros sabrán que ésta es una situación completamente normal, tener más de un viaje en puerta y con los gastos que eso generan. Me gusta la adrenalina, a veces más que comer. Así fué como en pleno Enero adquirí boletos para viajar en vuelo directo desde la CDMX a Lima. Las historias comienzan así, sin más.
Afortunadamente mi estancia iba a ser de 9 días, si bien no era mucho, fui armando un itinerario que me permitiese aprovechar al máximo el tiempo; ideado para algunas veces dormir en los autobuses y poder disfrutar de las ciudades de día, cuestión que igual me permitiría ahorrar algún dinero para otras actividades al no tener que pagar hostal.
Mi estancia la hice coincidir con una de las fiestas más importantes y emblemáticas de la cultura incaica, visitada por miles de personas año con año y recomendada por la misma cantidad de personas: Inti Raymi (fiesta del Sol) la cual les iré detallando en mis diarios y es celebrada cada solsticio de Invierno en el hemisferio sur, 24 de Junio año con año.
Al final mi itinerario quedó de la siguiente manera de acuerdo a los días de Junio y lugar donde pernocté:
- 21 – Llegada a Lima.
- 22 – Lima.
- 23, Cusco.
- 24, Aguas Calientes
- 25, Cusco
- 26, bus a Puno
- 27, Arequipa
- 28, bus a Nazca
- 29, regreso nocturno a CDMX.
Hubo diversos ajustes tanto en la planeación como en el viaje en sí, son las cosas que pasan y la flexibilidad que debe existir en un viaje organizado por ti mismo. Durante la planeación y documentación de lugares comencé a contactar a muchas personas con las que teóricamente podría coincidir durante el viaje, con algunas se consiguió, y con otras desafortunadamente no. Fué durante este viaje que me enteré que iba a ser papá, así que durante todo el viaje tuve una sensación de sentimientos encontrados, pues si bien estaba cumpliendo un sueño, también deseaba estar con mi esposa. Me reconfortaba el saber que iba a tener mucho tiempo en un futuro, y que ese viaje estaría lleno de historia para contarle y ¿Porqué no? considerar después el regreso los 3.
Durante los viajes conoces personas que lo hacen diferente, casi siempre de manera positiva. Conocí a varias con las que aun el día de hoy, conservamos amistad a distancia; personas con las que las charlas viajeras se extienden hasta altas horas de la noche compartiendo conocimientos y buenas vibras, con las que sabes que en algún otro momento de la vida volverán a coincidir, como me pasó a mí.