Por Europa. Día 5: Un poco más de Roma y Pisa

Piazza del Dumo, Pisa.

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El día comenzó nuevamente temprano y nuestra travesía en Italia continuaba. Teníamos la idea de recuperar mis lentes extraviados dos capítulos antes cera de Villa Medici. Quizá mi esposa se sentía culpable que por ello era tan insistente, conseguimos algo de cable que colocaríamos en el GoPole de mi cámara y nos fuimos a la aventura. La parada más cercana está justo en la Puerta del Popolo, llamada Flaminio que si la tomas en Vittorio Emanuele, debe ser en dirección a Battistini. Un total de 5 estaciones solamente. Después de cruzar Piazza del Popolo llegamos a Villa Medici y lugar de suicidio de mis gafas. Solo unos metros antes comencé a armar nuestra herramienta de trabajo, GoPole + Alambre. Cuál fué nuestra sorpresa, que en día Martes había un grupo de personas trabajando en dicho espacio, tal vez como servicio comunitario, por lo que en un inglés mal hablado de mi parte, y poco entendido por ellos, les hice señas de que había tenido un accidente. Amablemente me hicieron llegar mis lentes de sol en menos de 20 segundos. Vaya !! Los recuperé con muy poco esfuerzo y pese a mi negativa de ir a perder parte de la mañana con mi esposa en Roma.

Eran cerca de las 10 am, por lo que teníamos un poco de tiempo de visitar algunas iglesias. Nuestro primer objetivo era Santa Maria de la Vittoria para así completar el circuito que alguna vez realizó Robert Langdon en búsqueda de los altares de la Ciencia. Así tomamos el metro nuevamente desde Ottaviano hasta Repubblica, la estación más cercana. Caminamos tres cuadras sobre Vittorio Emanuele Orlando, justo en la esquina con Via Venti Settembre, se encuentra ésta por fuera discreta Iglesia. Como me imagino, todas las iglesias de Roma, infestada de gente. En ella encontramos nuevamente numerosas obras de arte tanto escultóricas como pinturas, sobresaliendo El Éxtasis de Santa Teresa de Gian Lorenzo Bernini. Para nuestra mala suerte, se encontraba la capilla en restauración, pero aún así era posible apreciarla y quedar maravillados. Regresamos sobre la misma avenida y nos detuvimos a comer un poco, pues como teníamos planeado un viaje en tren para la hora de la comida, era importante estar bien alimentados. Decidimos buscar algo no tan caro, pero que se encontrara en ruta para no perder tiempo. Justo en la salida del metro de Repubblica, encontramos Casina Esedra, la cual vendía hamburguesas por 5€ al igual que las pizzas y refrescos por 3€. Aprovechamos para tomar un capuchino por 4€. Terminamos pagando un total de 16 por ambos y comimos muy rico. Es un lugar muy parecido a las gelateria móviles que describí con anterioridad, solo que poseen mesas, sillas y un techo, lo que da un ambiente muy agradable pues son en la calle.

Solo caminamos 10 metros y nos encontramos otra de esas joyas de Roma, de las que en lo personal no había escuchado: Santa Maria degli Angeli e dei Martiri. Por su fachada no llamó nuestra atención, pues se ve deteriorada y sin mucha forma, al entrar es de una amplitud grandísima así como sus grandes naves. De haberlo sabido antes, hubiese estado dentro de nuestros objetivos en la ciudad. No decepcionó en absoluto y pudimos tomar muchas fotografías para la correspondiente documentación. Eran ya las 12 del mediodía, lo que nos daba solo una hora para regresar al hostel donde habíamos dejado encargado nuestro equipaje y regresar a Termini. Decidimos hacerlo caminando para disfrutar las vistas de Roma, que aunque eran a dos estaciones de metro de distancia, creímos considerarlo recorrerlas de esa manera. Así pasamos Santa Maria Riomaggiore a solo dos cuadras del hostal por Via Carlo Alberto. Justo a la 1 pm, tal como lo predijimos, saludamos a Max y nos despedimos de él con la promesa de regresar a su hostel en un futuro.

Entramos a Termini perdidos, era nuestra primer vez tomando un tren en Europa, y aunque la aventura nos persigue, esa sensación de extrañez se apoderaba de nosotros. ¿Cómo demonios funciona una estación de tren? Contábamos ya con los boletos que habíamos comprado por internet unas semanas antes. Por compra anticipada, tuvimos un precio muy razonable de 29€ por persona en segunda clase, para un tren rápido y el recorrido sería de 2 horas y media, saliendo a las 13:57 de Termini y llegando a Pisa Centrale a las 16:27 pm. el tren iba hasta Boloña, por lo que debíamos poner mucha atención para bajarnos donde correspondía jeje. Identificamos nuestro andén por el número de tren, y después nuestro número de “coche” o vagón, no hubo mayor complicación. El tren en los tableros tenía como destino final Génova.

Los boletos que se compran en el sitio de Trenitalia vienen prevalidados, no es necesario validarlos antes de subir al tren. Tampoco es necesario llevar el boleto impreso, basta con traerlo en el teléfono celular y entregar al supervisor el código QR (o PNR) que recibimos al finalizar la compra. Estos boletos son únicamente para la hora, fecha y ruta especificados, no para otro. Y dependiendo de la tarifa con la que fueron adquiridos, permiten o no cambios en ruta, nombre, etc. Los de nosotros no, pero no era nuestro objetivo. Es uno de los riesgos que comenté en el primer capítulo.

 Galería Roma

Llegamos a Pisa Centrale 15 minutos antes de lo planificado, que dicho sea de paso, serviría para planear nuestra llegada al Duomo de Pisa que era nuestro principal objetivo. Decidimos abandonar nuestro equipaje en la estación por 4€ cada maleta más 1€ por el mapa. Si, lo cobran, y fué el único lugar donde pagamos por uno en todo Europa. Pisa es un lugar que perfectamente se recorre caminando, pero por lo poco cansados que andábamos, pensamos tomar un taxi o el turibus de 15€, pero por el precio, ninguno era factible. Con mapa en mano caminamos hacia Piazza Vittorio Emanuele II y después por Via Francesco Crispi llegamos a Ponte Solferino. Cruzamos el Fiume Arno (rio Arno) y através de Via Roma y 6 cuadras después, llegamos a Piazza del Duomo, Piazza del Miracoli (Plaza de los Milagros). Magnífica. Impresionante. Debo reconocer que no imaginé tan inclinada la Torre. Con colores que sobresalen y contrastan con todo el ambiente; y que por la hora, mostraban una vista inigualable. El complejo arquitectónico está formado por la Torre de de 1173 y campanario, el Duomo (Catedral dedicada a Asunción de la Virgen) de tipo medieval del año 1063, el Baptisterio dedicado a San Juan Bautista y el cementerio. Que cada parte parece ser el complemento perfecto de un todo. Por el alto coste y poca frecuencia para subir a la torre, decidimos no hacerlo y dedicarnos a la Catedral, la cual posee un interior imponente como es de imaginarse y no tiene costo. El púlpito del siglo XIV es una de las obras maestras al interior de la Catedral. En el interior del edificio se encuentran unas máquinas que por 2 € cuentan la historia del complejo y es compartido, dos personas pueden escucharlo por el mismo costo.

Decidimos realizar la caminata a través de los edificios, nos acercamos lo mayor posible a la Torre y admirar sus 4 grados e inclinación. Imponente. Existen otros lugares de interés en Pisa como el Jardín Botánico o Museo Nazionale di Palazzo Reale, pero no estaban dentro de nuestros intereses. Así que con las 3 horas que estuvimos, fueron más que suficientes. Por el mismo camino regresamos a Pisa Centrale para tomar a las 19:32 pm un tren hacia Florencia. El boleto tuvo un costo de 8€ por persona en tren Regional con un recorrido exacto de una hora. Estos boletos también se encuentran prevalidados, por lo que solo son válidos para la hora y ruta marcada y 4 horas posteriores en el mismo trayecto. No es necesario validarlos antes de subir al tren. Los mostré al supervisor cuando fué necesario. Estábamos dejando Pisa.

Llegamos a la estación de Santa Maria Novella en Florencia a las 20:32 puntuales y salimos en búsqueda del hostel donde pasaríamos las siguientes dos noches y llamado Il Ghiro, a solo 3 cuadras de la estación por Piazza Adua. Por la hora, no hubo recepción y me dejaron todo para que llegáramos libremente con las instrucciones de nuestra habitación en la puerta de entrada. Realmente sencillo.

En Il Ghiro pagamos 36€ por persona con habitación y baño privado y que por su ubicación, bien valen la pena pues está cerca de la estación de tren y del casco histórico de la ciudad.

Aún había sol, así que después de un buen baño salimos a cenar sobre la misma avenida Via Faenza, donde se encontraba el hostel, decantamos por Trattoria Enzo E Piero. Mi esposa pidió un platillo por 12€, 14€ de mi platillo de cerdo con salsa (no recuerdo el nombre), 1 coca-cola light de 4€, agua mineral de 3€ y Tiramisú de postre con un café americano por 3€ cada uno. Un total de 39€, algo que estaba dentro de nuestro presupuesto para el lujo del día. A las 10 pm cerraron la cocina, pero pudimos descansar un poco y tener una plática muy amena con mi amada, además de compartir un poco con una paisana que vive en Alemania pero que estaba de visita por la ciudad. A descansar porque aún restaban muchos días.

 Galería Pisa


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