Por Europa. Día 4: El Vaticano y Coliseo Romano.

Coliseo Romano

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En días muy previos al viaje decidimos hacer dos de los recorridos más importantes y representativos de Roma con un guía especializado. No siempre es lo más recomendable pero en esta ocasión mi esposa no quería perder detalle en visitar uno de los lugares en los que ella más interés tenía. Después de analizar varias opciones, decidimos hacerlo con un guía y que por 35€ daría el tour completo de Museos Vaticanos, Capilla Sixtina, plaza y Basílica de San Pedro en 3 horas. El tiempo cuesta dinero, lo tengo muy claro. Y a no ser de que dispongas de todo un día y realmente tengas planeado pasar mucho tiempo en El Vaticano, creo que de 3 a 4 horas son prudentes para recorrerlo. Si es posible que también pagues por evitar las filas, hazlo. Son filas interminables que puedes pasar 2 horas formado antes de ingresar. El precio normal es de 16€ por compra anticipada vía internet, aunque desconozco si eso te evite las filas o tengas que llegar igual a hacer una de las varias filas que se hacen.

La cita era a las 8:45 en Piazza del Risorgimento, a 3 cuadras de El Vaticano. Así que en metro desde el hostal hicimos el mismo recorrido desde Vittorio Emanuele hasta Ottaviano. 25 minutos como máximo y utilizando un ticket B.I.T. de 1.5€. La caminata fué de aproximadamente 7 minutos desde la estación a la plaza. Fuimos puntuales y estabamos listos.

El gran inconveniente de este tipo de tours, no solo de Italia, siempre será la mala organización; gente por todos lados con diferentes grupos en diferentes idiomas, todos queriendo avanzar y ninguno logrando prácticamente nada. AL igual sucede con grupos grandes, en nuestro caso éramos casi 35 personas, todo un reto para el guía. Para comodidad de nosotros, nos brindaron un receptor de radio para poder escuchar de mejor manera a la persona que estaría dando el tour, lo cuál facilitó mucho las cosas.

Después de avanzar sobre las murallas del Vaticano, llegamos a la entrada a Los Museos Vaticanos. Las filas, como lo imaginamos, enormes, con hasta 2-3 horas de espera. Eso si, gente ofreciendo el ahorro de dicho tiempo a través de una módica cantidad. Con el tour que contratamos no tardamos prácticamente nada y todo comenzó alrededor de las 9:20 después de pasar los controles de seguridad obligatorios.

El recorrido comienza a través de numerosas salas con cientos de años de historia en forma de arte. Esculturas, pinturas y retratos inundan las salas. Los techos bellamente decorados por grandes artistas y que sirvieron de morada para inmensa cantidad de papas. En los museos vaticanos es posible encontrar arte sacro y profano, arte religioso moderno y antiguo así como los Aposentos Borgia con inmensos frescos de Pinturicchio.

Unas de las salas que más me impresionaron fueron las Estancias de Rafael. Con su imponente pintura La Escuela de Atenas y el dibujo de los más importantes filósofos clásicos. entre ellos Platón (pero figura de Leonardo Da Vinci) junto a Aristóteles. Hay que verla para creerla. Y Heráclito con forma de Miguel Ángel, con vestimenta no ad-hoc de la época y eterno enemigo de Rafael, sin embargo, existía admiración mutua.

La capilla Sixtina es punto y aparte. Grande, imponente, frescos por todos lados de Botticelli y Perugino, la imponente bóveda de Miguel Ángel de principios del siglo XVI. Saber que aquí se celebra el cónclave en tiempos de elección papal, aquí se escucha música, se come y se duerme, es algo impresionante. Hasta para mí, con nula creencia católica.

En los museos vaticanos se pueden tomar fotografías sin flash de todas las obras, a excepción de la Capilla Sixtina, la cual por haber sido restaurada por iniciativa privada, los derechos de autor no permiten ni una sola fotografía. Al entrar a la capilla no distinguirás a los guardias, pero créeme, en cuanto dejes de moverte o intentes utilizar tu cámara, caerán sobre ti.

Antes de concluir El Vaticano, uno de los principales atractivos tanto para los creyentes como para los sorprendidos como yo, está la Basílica de San Pedro. Esa megaconstrucción de 2.3 hectáreas en su interior bien valen la pena. La más grande de todas en el mundo del cristianismo. Recorrer el sinfín de historias que se cuentan, aunque la gente anda por todos lados a pesar de ser Lunes. Estos lugares se encuentran repletos de gente siempre. Para historia, la wikipedia, pero estar dentro es un sentimiento indescriptible, obras de Miguel Ángel, Bernini y Bramante por todos lados. Inscripciones católicas en latín con referencias a papas, y claro, las tumbas de Juan XXIII y Juan Pablo II. Si, me sé algunos nombres.

El tour concluye en la Plaza en forma de brazos representando a la iglesia católica arropando a los feligreses. Bueno. Obra de Bernini, por supuesto. La guardia suiza al respaldo del sumo pontífice y que, de no haber sido escritos por Dan Brown, no me hubiese imaginado así los trajes: pintorescos de pies a cabeza.

Justo para las 12:30 pm el tour estaba concluyendo. Y el guía? Si, se nos olvidó a mi esposa y a mí. Por más que lo buscamos, jamás lo encontramos. Caminamos hasta el lugar de donde había partido el tour para hacer la entrega del receptor de radio, y nada. En realidad nos urgía porque a las 14:30 teníamos una cita en el coliseo para tomar un tour guiado.

Un consejo: Si deseas comer algo barato, rico y aparte, tienes un poco de prisa, por todo Roma encontré pequeños restaurantes en forma de cochecito (no sé si alguna vez fueron tal cosa) y que venden muy barato. Una pizza cuesta alrededor de 4€ más un refresco por 3. Demasiado barato y aparte lo puedes ir comiendo en el camino. Los paninis de diferentes sabores costaban casi lo mismo, así que ese día aprovechamos para comer algo rápido ya que el tiempo se venía encima. Tuvimos que buscar una oficina para entregar los receptores y ellos nos informaron de como llegar al siguiente tour. Ese quizá debería de ser un plus para la empresa, pues si te contratas ambos tours en un mismo día, te pudiesen perfectamente trasladar de uno a otro para no sufrir, y es que no está cerca. Por fin haríamos uso de la línea B del Metro para estar puntuales en el Coliseo.

Fuimos hasta Ottaviano en dirección a Anagnina hasta Termini un total de 6 estaciones, donde hicimos la correspondencia a la línea B en dirección a Laurentina, y 2 estaciones más tarde llegamos a Colosseo. Coliseo para los cuates.

Este segundo tour del día tuvo un precio, según preferencial, por haber comprado el de El Vaticano con la misma empresa; pagamos un total de 39€ y que haríamos en 3 horas. El precio total del boleto para ingresar al Coliseo, Palatino y Foro Romano tiene un costo de 16€. El consejo que la gente suele dar y hoy corroboro, es que el boleto es el mismo para los 3 lugares, pero para Palatino y Foro se comparte la fila, mientras que toda la gente muere por entrar al coliseo, la fila para Palatino es menor, así que compra tu boleto acá y después puedes ingresar con menos fila al Coliseo. Por las tardes, como fué nuestro caso, las filas no eran tantas aunque sí había mucha más gente en Coliseo; casi el triple.

El grupo comenzaba a formarse, solo de habla hispana y con una guía cubana. Nos preparábamos para otras 3 horas recorriendo lo más representativo de la historia Romana, a mi parecer, y una de las 7 maravillas del mundo moderno. Ahora si un grupo más reducido, no más de 15 personas, el tour comienza precisamente en el Arco de Constantino de 21 mts de alto y 25 de ancho. A solo pasos del Coliseo, que es el siguiente destino, ingresamos sin colas por el tipo de boleto que teníamos en nuestro poder, además de dar preferencia a grupos pues se ingresa por una puerta contigua a la principal.

Después de un control de seguridad y 40 escalones aproximadamente, el interior de Coliseo. Tal como lo imaginé, con ese sentimiento de llegar a un lugar lleno de historia, y de barbarie. Un poco más deteriorado de lo que imaginé, pero igualmente impresionante. Su forma de óvalo permite tener unas vistas de la inmensidad de lo que fué y arropó en el pasado, y el misticismo de un presente lleno de anécdotas e historia.Por algo fué nombrado una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Concebido originalmente como anfiteatro por la dinastía Flavia en el año 72 de nuestra era. Su construcción demoró solo 8 años, todo un récord para la época. Hablando de un edificio con casi 2000 años de antigüedad y después de varios terremotos, es algo magnífico. Es difícil de pensar que su deterioro se debe principalmente a los saqueos que tuvieron tanto el Coliseo como el Foro Romano, ya que de ellos se extrajo material para la construcción de otros edificios de la ciudad. Los últimos juegos se celebraron en el siglo VI y parte de haber servido como centro de espectáculos y peleas, después se utilizó como fábrica, sede religiosa y hasta fortaleza. Por tener el tour guiado, se puede descender hasta el nivel del hipogeo, que es donde anteriormente se encontraba la arena donde sucedían las batallas. Arena, de eso estaba cubierto la serie de túneles con escaleras, mecanismos y mazmorras que de repente aparecían a los animales y gladiadores en el ruedo dispuestos a pelear por su vida. Es muy interesante ver y comprender este mecanismo, ya que al solo verlo, no tenía mucho sentido para mí. Existe un tour por 12€ que te permite andar por los túneles pues solo se puede acceder con guía, pero la reserva debe realizarse a través de internet y por esta ocasión no la hicimos.

Caminando por Via Sacra se llega a la entrada de Palatino y Foro Romano, menos de 5 minutos caminando, aunque el calor seguía haciendo de las suyas. Nosotros decidimos por comenzar por Palatino aunque sin ingresar al museo. En esta colina, una de las 7 de Roma, se pueden apreciar los vestigios de lo que en sus mejores épocas fueron residencias de pudientes romanos desde 1000 años A de C. Y donde se presume, según la leyenda, vivieron Rómulo y Remo amamantados por por Luperca, la loba. Muy deteriorado por los saqueos que comenté, pero aun así se puede apreciar parte de muros, losas y cuartos completos de lo que alguna vez estuvo habitado.

Antes de descender al Foro Romano, existe un pequeño mirador del cuál se obtienen unas vistas desde lo alto de muchas de las construcciones que lo componen; tras seguir el camino de la escalinata, se desvía un poco hacia la izquierda para tener acceso. No es muy escondido, pero no todas las personas se percatan de él.

Al descender y llegar al Foro encontrarás grandes e importantes vestigios de la antigua ciudad: restos de basílicas de diferentes épocas, templos, arcos y columnas que alguna vez sostuvieron importantes palacios. No es tampoco muy grande, así que perfectamente una hora es suficiente para andar por sus pequeños callejones. Las grandes columnas del templo de Antonino y Faustina es el mejor conservado de todo el Foro, no olvides visitarlo, al igual que el Templo de Saturno y el Templo de Rómulo. Como anécdota, se cree, que en este lugar se encuentra el lugar donde fué enterrado Julio César, una pequeña tumba de tierra a la que aún se acercan personas a dejar flores o monedas, pero nada está confirmado.

Salimos por una puerta trasera, ya que nuestra idea era tomar un bus de regreso en Piazza Venezia. De hecho llegas a Plaza del Campidoglio, diseñada por Miguel Ángel y al centro una estatua ecuestre de Marco Aurelio (copia) pues la original se encuentra en Museos Capitolinos, justo en una de las aceras de la plaza. Si tienes tiempo, te recomiendo que entres a este Museo, pues es parte fundamental de la historia de Roma. Nosotros por horario, desafortunadamente ya no pudimos ingresar.

Bajamos la escalinata hasta Piazza Venezia, a un costado encuentras el Monumento a Vittorio Emanuele II y la tumba del soldado desconocido. También se cuenta con mirador en lo más alto, si dispones de tiempo es altamente recomendable.

Ya que no habíamos dispuesto de una comida, decidimos buscar un lugar para hacerlo. El lujo del día. Continuamos caminando hasta Piazza Foro Traiano, que es una extensión del Foro Romano y pasando la Cúpula de Santa Maria di Loreto llegamos a Ristorante Ulpia. Cuenta con comida a la carta o menú con varios platillos de entrada, fuerte y postre que van de los 25 a los 35€. Lo que normalmente no se incluye es la bebida, que nosotros optamos por 1 botella de litro de agua mineralizada y un par de refrescos. Terminamos pagando 72€. Quizá sea un poco caro, pero es muy rico y puedo asegurar que vale la pena. Optamos por pastas como entrada y lomo de res como platos fuertes.

Para el regreso a Termini, regresamos primero a Piazza Venezia donde pasan distintos camiones de diferentes rutas. Como dos días anteriores habíamos tomado el H en dirección opuesta desde Termini hasta Trastevere y había pasado por esta plaza, ahora buscamos el mismo para el regreso. Un éxito total. Aclaro, dudamos un poco. Pero lo conseguimos. Ya que no habíamos comprado el billete en un puesto de periódicos, lo puedes realizar dentro del mismo BUS por el mismo costo (1.5€) y con las mismas características: 100 minutos para utilizarlo en cualquier medio de transporte y solamente 1 ocasión el metro. Así llegamos hasta Termini 20 minutos después de tomarlo en Venecia; ahí termina la ruta del BUS H por lo que nos dispusimos a buscar ahora nuestro metro. Solo una estación hasta Vittorio Emanuele, pero la aprovechamos pues teníamos el derecho con nuestro mismo billete. Llegamos a nuestro hotel casi a las 9 pm. Aun con sol, por cierto.


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