Por Europa, día 17: Madrid y su bonito centro.

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Era día de terminar, el regreso es también parte del viaje. Así que tristes por una parte, y felices por otra porque después de más de dos semanas, veríamos a nuestras familias y por supuesto, nuestro hijo.

El encargado del hostal nos permitió guardar nuestro equipaje para poder disfrutar unas últimas horas de Madrid pues nuestro vuelo estaba planeado hasta muy noche, así que casi teníamos todo el día aun para realizar algunas visitas, así que decidimos reservar nuevamente con Sandemans Madrid. Era el 4 que haríamos en el viaje después de Bruselas, París y Barcelona. Dejamos todo listo y a las 10 am abandonamos el hostal y tomando Calle de Atocha hasta la Plaza Mayor, donde iniciaría el tour. Caminando no son más de 20 minutos. Realmente el hostal tiene buena ubicación! Pensamos.

Por Europa, día 17

Llegamos muy premeditadamente, así que tuvimos tiempo de poder disfrutar de buenas vistas en el recinto. Pintores de la Plaza mayor tal vez sea el edificio más emblemático de los que rodean dicha plaza y al centro una estatua de Felipe III. A esperar a las personas de camisetas o paraguas rojos.

A las 11:05 dimos inicio con un guía, en este caso, no tan carismático como los anteriores. Era más bien serio. Después de la rápida y breve explicación sobre la Plaza Mayor de Madrid, caminamos por una de las esquinas hacia el Arco de Cuchilleros y llegar a la calle del mismo nombre. Si, efectivamente, aquí existieron muchos talleres dedicados a la actividad de cuchillería que abastecían a los carniceros que se colocaban al centro de la plaza. Casi bajando las escalinatas, tal vez dos o tres locales, se encuentra Sobrino de Botín, el considerado por el Libro de los record Guiness como el restaurante más viejo del mundo, fundado en 1725.

Según datos históricos no comprobados por mí, las tapas fueron inventadas por Alfonso X, dado que en esa época mucha gente bebía vino sin control, por lo que no se tenía dinero suficiente para comer y más rápidamente el alcohol llegaba al torrente sanguíneo (o cabeza) para poder locas a las personas, aunque sea de manera temporal. Por ello era necesario acompañarlas de una comida rápida y rica, pan con jamón, queso u otro embutido, y así hacer más placentera la velada. O borrachera. Todas las tabernas fueron obligadas a ofrecerlas a sus clientes. Ah si! Y son llamadas tapas porque normalmente se colocaban sobre el vaso o botella de vino de cada persona, para así evitar que una persona tomara el vino de otra. Curioso ¿No? Pues es la leyenda. De esos y más datos consta el free walking tour, que entre anécdotas y datos, pasamos de barrio en barrio sin apenas notarlo.

Cerca de la calle Mayor llegamos a Plaza de la Villa, pleno casco histórico de Madrid. Con edificios magníficos a los costados de diferentes épocas y tipos de construcción. Casa y Torre de los Lujanes, con una mezcla de estilo gótico y mudéjar. La casa de Cisneros del siglo XVI y la Casa de la Villa, sede actual del Pleno Municipal perteneciente al Ayuntamiento de la ciudad. Existe un pasadizo que une estos edificios pues ambos pertenecen al gobierno, pero que en el origen de cada edificio por separado no existía.

El intermedio llegó justo cuando arribamos a la esquina de Calle Mayor y Calle Bailén, unas de las principales avenidas del centro de Madrid. Hicimos una breve parada en Dehesa Santa María, donde se presume tener excelentes tapas y cata de vinos. Por la ahora, aun no teníamos hambre así que no las probamos, pero será en una segunda ocasión. Era alrededor de las 13:00 horas.

Casi en frente y una vez retomado el tour, llegamos a otro de los puntos más interesantes de toda la ciudad, la división entre la Catedral de Almudena y el Palacio Real español. Para la primera, su visita es gratuita pero por tiempo, no pudimos ingresar, se encontraba cerrada. Domingos y días festivos no abre. Otros días tiene un horario reducido de 10 a 14:30 horas. Si se tiene suerte y se quiere visitar la cúpula, el costo de acceso es de 6€.

También es posible visitar el Palacio Real, pues los reyes no viven aquí jeje. Tiene un horario de 10 a 18 horas, y la entrada tiene un costo de 11€ por persona y 4 si se desea audioguía o visita guiada, el acceso a las salas de pinturas únicamente se puede realizar con guía. Para recorrerlo es necesario al menos disponer de 4 horas, ya que es un recinto muy grande; era un tiempo que definitivamente no teníamos, pues teníamos nuestra mirada puesta en otro objetivo. El tour culmina en la fuente de Plaza Oriente, a un costado del Palacio Real. Entre otros tantos edificios imponentes como el Teatro Real y la Ópera, cerca de Plaza España. Plaza oriente es diferente, rodeados árboles y vegetación que nos sirvieron para tomar un descanso para planear un poco la segunda parte de la tarde, donde estaríamos libres.

Así por un costado de Plaza España tomamos la calle peatonal llamada Calle del Arenal, en la cuál disfrutamos mucho pues existe demasiado arte ambulante, gente tocando música con todo tipo de instrumentos y hasta música clásica. Gente caminando en todos los sentidos al igual que restaurantes con grandes ofertas gastronómicas. Tiendas de todo tipo a los costados de la calle. La caminata hasta Plaza Puerta del Sol demoró unos 15 minutos por las paradas que tuvimos que realizar para apreciar de mejor manera a varios de los artistas que llamaron nuestra atención. Llegados a este punto continuamos justo al otro costado de la plaza a través de Calle de Alcalá por un espacio no mayor de 8 minutos hasta la intersección de Calle Caballero de Gracia, donde decidimos hacer la parada técnica del día para poder comer algo antes de continuar; decidimos por La Bóveda de Cibeles, con una variedad importante de platillos mediterráneos. Realmente nos gustó, la comida resultó exquisita en un ambiente muy tranquilo, pues nos sirvió de repaso y plática con mi adorada esposa, pues el viaje estaba a punto de concluir. Optamos por pedir unas croquetas con queso y jamón serrano por 5.95€ como entrada, tallarines salteados con gambas por 12.90€ y una paella marinera por 16€. El refresco tuvo un costo de 2.2€ y el mojito, para mi esposa, de 4€. El problema no fueron los precios, sino que comimos demasiado. Un total de más de 50€ para despedirnos.

Sobre esa misma avenida continuamos caminando e iban a ser las 4pm. Entre un poco apresurados salimos hacia Plaza Cibeles para sobre la misma Calle de Alcalá y cruzamos hasta Palacio de Cibeles. No intentes cruzar hacia la fuente, no vale la pena y el riesgo que se corre es mucho, pues los coches pasan solo a centímetros de ti ya que no existe una acera que cubra. La penúltima parada sería La Puerta de Alcalá, igualmente sobre la misma gran avenida y a no más de 10 minutos de distancia. Otra visita importante considerando que se trató de uno de los principales accesos a Madrid y que data del año 1877. En ella convergen muchas y grandes avenidas de la ciudad. Debimos regresar a Cibeles nuevamente, ahora tomando dirección en Paseo del Prado para visitar el segundo museo más visitado de todo el mundo: El Museo del Prado. Impresionante por su gran colección y gran tamaño. Se encuentra sobre ésta avenida, y nos quedó al paso una vez que comenzábamos a tomar rumbo al hostal, pero era parada obligada.

La sorpresa que nos llevamos era que era gratuito, todos los domingos después de las 13:00 horas, no se cobra un solo peso por su ingreso a las salas permanentes. Las salas temporales si tienen un costo. Normalmente el costo por ingreso es de 14€, mismo que nos ahorramos. La parte negativa fueron las grandes filas, aún así no desistimos y estuvimos parados por un espacio de 30 minutos que puedo asegurar, valió la pena. Al ingresar tomamos un plano del lugar para ubicar aquellas salas que queríamos visitar en dos horas. Al igual que Louvre y muchos otros museos del mundo, es enorme y se requiere mucho tiempo si se requiere visitar en su mayoría. Obras de Velázquez, Goya, Ribera, El Greco y Tiziano, se encuentran aquí. Pintura francesa, italiana y española. Flamenca. En fin, arte por todos lados y sin saber para donde dirigir la mirada. No podía dejar Madrid sin admirar El Cardenal de Rafael Sanzio o David Vencedor de goliat de Caravaggio.

Por suerte, también se encontraban 10 Picassos temporales pero exhibidos en las salas permanentes, así que los tuve que ver, hice ese sacrificio que valió inmensamente la pena.

Salimos del museo justo cuando estaban a punto de cerrarlo, ya no había ingresos, únicamente salidas. Corrimos pues según mis cálculos, nuestra hora de partida ya había pasado. Llegamos al hostal 10 minutos antes de las 7pm y apenas si nos dió tiempo de ingresar al baño y tomar nuestros abrigos para el viaje. El circuito que hicimos estuvo de lo mejor planeado, así nuestro recorrido ya no fué mucho. Por fortuna, para llegar al metro no caminamos más de 10 metros, así que en punto de las 19 horas y con tickets en mano, ingresamos por el último torniquete de metro de nuestro viaje.

Para llegar hasta el aeropuerto de Barajas que se encuentra en las afueras de Madrid, es necesario adquirir un suplemento, ya que el costo del ticket de metro, 1.5€, no es suficiente. El ticket normal más el suplemento tiene un costo de 5€ por persona y es necesario adquirirlo de esa manera en las taquillas automáticas existentes en cada estación. Una vez que se llega al destino y se valida el fin del trayecto, se realiza dicha validación. Sino se adquirió dicho suplemento, es necesario pagarlo o de lo contrario no se puede abandonar la estación. Nuestro recorrido inició en Antón Martin de la línea 1 en dirección a Chamartín y 8 estaciones después descendimos en Cuatro Caminos; cogimos el circular de la línea 6 hacia Nuevos Ministerios, únicamente una estación. Finalmente trasbordamos a la línea 8 con dirección a Barajas donde concluiría nuestro viaje maratónico. Después de una hora, nos encontrábamos ya listos con equipaje en mano y listos para documentar.

Esperen, por un momento lo olvidé y descendimos en la estación Barajas, cuando en realidad íbamos hasta T4, de donde partiría nuestro avión. El aeropuerto es enorme, con una parada para las terminales 1, 2 y 3. Otra llamada Barajas y la que nosotros buscábamos pero que nunca imaginé, T4. Pequeño detalle. A las 8pm entrábamos triunfales a buscar el escritorio de Iberia y poder documentar. Después de un pequeño susto en el cuál no era posible imprimir nuestro pase de abordar ya que finalmente nuestro niño no viajó con nosotros, lo conseguimos. Mi esposa casi lloraba pero yo ya no sabía si era de la emoción, del susto o de la tristeza.

Para llegar a la terminal 4S fué necesario tomar el tren automático que conecta desde la Terminal 4, y entre largos pasillos, escaleras eléctricas y elevadores, finalmente llegamos en nada más y nada menos que 55 minutos. Si, demasiado tiempo considerando que nos encontrábamos ya en el aeropuerto, pero es Barajas. Largo tiempo de espera hasta las 23:45 cuando el vuelo partió hacia México DF, con nuestras mentes plenas y satisfechas, llenas de aprendizajes y satisfacciones por haber cumplido el, hasta ahora, viaje de nuestras vidas.

 Galería de Madrid


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