Por Europa, Dia 9: Brujas.

Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario), Brujas, Bélgica.

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Antes que nada, el hotel Brxxl 5 City. Para mí gusto, fué uno de los dos mejores hostales de los 7 que tuvimos durante el viaje por Europa. Minimalista, grande, espacioso y muy cómodo. Quizá mejor de lo que yo hubiese escogido para un viaje en el que el lugar  para dormir no suele ser tan importante, mientras tenga cama, pues éste lo fué. Tuvo un costo de 42.25€ por persona por noche y lo recomiendo ampliamente. La gente que atiende resulta ser muy amable y te ayudan con todo lo que esté en sus manos.

A pesar de la desvelada de un día anterior, a las 7:30 am ya nos encontrábamos listos para continuar la travesía. En pocos minutos decidimos que pasaríamos el día en Brujas. ¿Cómo? No teníamos ni idea, pero es lo bonito de viajar por libre. Buscando en internet y en la plática breve pero fructífera con la gente de recepción del hotel, nos dijeron que fuésemos a Midi, y ahí fuimos. El hostal Brxxl 5 efectivamente se encuentra muy cerca de la estación, no más de 4 amplias cuadras que se recorren en menos de 15 minutos.

Midi es la estación principal de Bruselas, con conexiones de trenes tanto regionales como de larga distancia. La línea de trenes en Bélgica es Belgianrail. Como en toda Europa, son pocos los kioskos o ventanillas con personal que atienda los tickets, todo se encuentra en taquillas automáticas y pagos con tarjeta de crédito. Y la verdad es que resulta más cómodo, sencillo y rápido. La máquina acepta varios idiomas que puedes escoger antes de iniciar el proceso de compra, no dudé y escogí español; 3 movimientos después, me pidió insertar mi tarjeta de crédito y listo. Teníamos boletos a Brugge. A brujas, pues. Existen diferentes tipos de boletos, desde prepago hasta para 10 viajes intercambiables, viajes sencillos por trayecto, o, la suerte que nosotros tuvimos, un Weekend ticket. Este ticket es válido de ida y vuelta el mismo día forzosamente, para Viernes después de las 19:01, sábados y domingos. El precio es muy accesible, pagamos únicamente 15.60€ por persona.

Nos dedicamos a buscar nuestro andén, con la sorpresa de que no aparecía Brujas, o Brugge, en la pantalla. ¿Pero qué pasa? Hasta donde sabía, eran realmente frecuentes los trayectos entre estas ciudades. Pues resulta que Brujas no es la estación final de ese trayecto, sino Knokke. Brujas es solamente una de sus paradas. Así que a donde vimos más gente, nos subimos. el trayecto se cumple en exactamente 50 minutos. Al llegar, más lluvia y mucho más frío nos recibían; tanto que tuvimos que buscar una tienda de ropa en la misma estación para adquirir un abrigo para mi amada. No contábamos con ese clima. Eran las 10:20 am.

En la misma estación de Brugge, y gracias a la enorme cantidad de personas que visitan la ciudad, se encuentra un centro de información turístico con muchos mapas, trípticos y una persona que, en español, amablemente te dirige inicialmente hacia el centro y los medios de transporte que existen para llegar. Brujas es una ciudad que perfectamente se puede cruzar de un lado a otro en 1 hora y 10 minutos, según nos explicaron. Tomamos el mapa y salimos rápidamente entre el mundo de gente que intentaba ingresar a esta oficina.

Caminar las calles de Brujas ha resultado ser una de mis grandes experiencias viajeras. Todo parece ser sacado de un cuento, sin nada que quitarle ni ponerle. Y con una especie de lluvia muy ligera, el ambiente era simplemente perfecto.

Realmente no teníamos un plan de recorrido, pero marcamos algunos puntos en el mapa que eran de nuestro interés por lo que habíamos investigado de la pequeña ciudad. Entre calles y callejones llegamos hasta la Catedral de San Salvador en pleno corazón de la ciudad y una de las avenidas principales, Streenstraat. Ya que la mañana estaba un poco avanzada y nosotros no habíamos probado bocado, decidimos hacer parada técnica justo en la esquina de la Catedral para degustar waffles belgas. El lugar es llamado Tea-room Laurent y resultó rico, sin caer en exageraciones. Un waffle con chocolate y fresas frescas por 8€ y un capuccino con baileys por 3.5€.

Caminando por esta avenida y a unos 7 minutos se llega al centro y uno de los principales atractivos de la ciudad por su arquitectura que la rodea, el Grote Markt con una superficie de una hectárea, destacando como no podría ser de mejor manera, el Campanario de Brujas de un estilo medieval y que te provoca el transportarte a esa época. Desde Grote Markt se disponen de unas vistas realmente impresionantes por la cantidad de edificios que la componen; te encontrarás rodeado de turistas, restaurantes, mercadillos, carruajes, bicicletas y más turistas en el lugar más importante de esta ciudad Flamenca.

Antes de llegar al Burg, que era nuestro siguiente destino, decidimos, como buen cervecero que soy, hacer una parada en el Bruges Beer Museum y vaya acierto. Se trata de dos salas en las que se explica, de manera muy detallada y desde sus orígenes, la importancia de esta actividad en todo el país, convirtiéndolo en uno de los países con mayor cantidad de producción, exportación y consumo de esta bebida, así como el maridaje. El tour se encuentra disponible en varios idiomas, entre ellos el español. La vista consta de un iPad en el cual, a través de códigos QR, se va detallando a través de audio, texto y video diferentes aspectos históricos y culturales que provoca la elaboración de la cerveza. Al final de las dos salas existe un pequeño bar que sirve como descanso y degustación. El boleto de ingreso tiene un costo de 12€ para adultos con 3 copas de cerveza. Sin degustación cuesta solo 8€. El total del recorrido es aproximadamente 1 hora más la demora de la degustación. El ambiente resulta ser muy tranquilo y el personal muy amable. Yo opté por Brugge tripel, Palm y Statement Beer, mi esposa prefirió Brik de cereza y Rosso. Todas podrían convertirse en mi cerveza favorita.

Continuamos el recorrido hacia el Burg por la misma avenida que une ambas plazas, Breidelstraat. El burg es la segunda plaza en importancia en Brujas, también en tamaño, pero no por ello menos bonita. En ella se encuentran diferentes edificios importantes socialmente hablando, entre ellos el Stadhuis (Ayuntamiento) de estilo gótico, la Basílica de la Santa Sangre y el Brugse Vrije. Además de waffles, Brujas tiene inmensa cantidad de chocolateras de alta repostería, como marca gastronómica de la ciudad. Aquí también encontrarás Chocolateire de Burg para la prueba de algún chocolate europeo.

Siguiendo el mapa hasta cruzar el puente y siguiendo por un par de cuadras más se llega hasta la avenida Braambergstraat, girando hacia la derecha y una cuadra más está Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario) o, el lugar más fotografiado de toda la ciudad. Y es verdad, ahí vinieron vinieron a mi mente muchas fotografías que anteriormente había tenido de Brujas y eran precisamente ahí. El lugar resulta muy colorido, el canal rodeado de casas y muchas personas incrementando las estadísticas de fotografías por año de este lugar. Es posible tomar una lancha por 5€ para recorrer una pequeña parte del canal, pero nosotros decidimos guardarlos para otra ocasión.

Para el lujo del día, encontramos el Restaurant Matinee justo al lado del Canal principal de la ciudad con un rico menú de comida belga. Al igual que en otros muchos restaurantes, se tienen menús completos en 3 tiempos y con platillos a elegir con precios, aunque un poco caros, bien valen la pena. Nosotros elegimos plato de carnes frías y croquetas, pescado frito con patatas y yo una especie de lomo de cerdo con salsa agridulce. Solamente el menú tuvo uno costo de 24€ más la bebida, para no perder la costumbre, coca-cola light por 3.5€.

No nos percatamos de lo rápido que pasó el tiempo, pero terminamos de comer en punto de las 5pm cuando la idea era ingresar al museo Historium, del cuál yo había escuchado muy buenas reseñas y comentarios, pero para nuestra mala suerte cierra justo a esa hora, a las 17 horas, por lo que nos resultó imposible poder ingresar. Otro edificio que igualmente cierra temprano, es Onze-Lieve-Vrouwekerk o Iglesia de Nuestra Señora, tampoco nos permitieron ya el ingreso para ver la Madonna de Miguel Angel. En fin, en Brujas muchos edificios cierran sus puertas realmente temprano.

Mientras tanto nosotros continuamos disfrutando de las majestuosas vistas que te da cualquier rincón de la pequeña ciudad, y así fue como llegamos hasta Begijnhof o Beaterio, que con su puente forman una postal demasiado romántica e infinidad de gansos que se ven un poco malditos. Caminando sobre el canal existe un rincón que al menos yo no había escuchado, pero resultó muy buen lugar un tanto solitario llamado Minniewaterpark, con casas reflejadas en el agua del Canal formando postales inimaginables para mí. Parece más un lugar de descanso para los lugareños, pues fueron pocas las personas que pudimos encontrar, pero que curiosamente nos quedaba un poco de paso para llegar a la estación de tren a solamente unas cuadras.Aprovechamos para descansar y tomar algunas fotografías mientras yo me enamoraba cada vez más de mi esposa, hasta que decidimos dar fin y terminar el recorrido.

Al llegar a la estación, resultó muy sencillo localizar el andén de nuestro tren de regreso, pues ahora si el destino final se encontraba indicado en las pantallas como Midi, di prisa a mi amada que se encontraba en el tocador, pues al menos en pantallas no figuraba uno en la próxima hora, ya eran las 20:05 y partía a las 20:09, así que corrimos a pesar de un ligero cansancio en nuestros pies. El tren estaba a nada de partir cuando atiné a gritar, Is it for Midi? Y escuché a lo lejos: Yeaaaaaah con un esbozo de sonrisa de un supervisor de la línea. Descansamos durante todo el viaje para arriba justo a las 9 pm a Midi. Aún había sol. En las calles encontramos un puñado de personas un poco perdidas, afortunadamente eran colombianas y pudimos entablar una plática pues requerían asesoría sobre cómo llegar al centro de Bruselas, algo sencillo para mí considerando que ya tenía un día en la ciudad (léase con el sarcasmo necesario). Aún así les pudimos ayudarles y platicamos alrededor de 3 grandes cuadras, hasta que nos despedimos.

El día no pudo terminar de mejor manera que comprando un café americano con pan dulce para tener una cena ligera en la cama del hostal. Ya eran las 21:45.

Enlaces:
 Galeria de Brujas


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